EL VIAJE DE LA HUMANIDAD: EL BIG BANG DE LAS CIVILIZACIONES: EL MISTERIO DEL CRECIMIENTO Y LA DESIGUALDAD


Seguramente, más de una vez os habréis preguntado cómo hemos llegado a lo que somos y vivimos hoy en día, pues Oded Galor pone respuesta a todo ello en su libro “El viaje de la Humanidad”.

 

Durante mucho tiempo se ha creído que la prosperidad del ser humano había aumentado gradualmente en el transcurso de la historia. No obstante, se trata más de una distorsión, puesto que este avance no se tradujo en absoluto en mejoras en la calidad de vida. ¿Por qué el ser humano vivió estancado la mayor parte de su existencia? ¿Qué encendió la mecha de la enorme transformación de nuestros niveles de vida hace tan solo doscientos años? ¿Y por qué ese progreso ha derivado en una brecha de desigualdad tan grande en el mundo? A partir de estas tres cuestiones fundamentales, el eminente economista Oded Galor desvela en esta fascinante narración las claves para entender dos de los grandes misterios de la evolución de la humanidad: el crecimiento y la desigualdad.

 

La historia de la humanidad comienza con la aparición del Homo Sapiens, el cual llevaba a cabo un estilo de vida nómada y se considera que es la especie que más evolución ha tenido a lo largo de la historia. La primera chispa que situó a la humanidad en su particular viaje fue el desarrollo del cerebro humano, debido a la necesidad que tenían de adaptarse al medio en el que habitaban y a su supervivencia. Los humanos, también desarrollaron tecnologías cada vez más avanzadas, que mejoraron la eficiencia en la caza y la recolección. De esta manera, surgió el Homo Technologicus, personas cuyos dedos se adaptaron para esculpir materias primas y convertirlas en objetos útiles para cazar y cocinar; sus brazos se desarrollaron para arrojar lanzas; y cuyos cerebros evolucionaron para almacenar, analizar y transmitir información con el fin de razonar, comunicarse y cooperar entre ellos.

 

Poco a poco, estos procedimientos fueron yendo a mejor y favorecieron la continua evolución del ser humano. Se fueron adoptando una serie de cambios, como fue el paso de un estilo de vida nómada a uno sedentario (Revolución Neolítica), en el cual los humanos comienzan a cultivar la tierra, a criar ganado, a la alfarería y al pulimentado de la piedra, pasando, así de una economía recolectora a una economía productora. Las innovaciones tecnológicas que se desarrollaron en estos sectores condujeron a un incremento de la densidad de población, lo cual fomentó la especialización y la aparición de una clase que se dedicó a la creación de conocimiento. Todo ello, llevó a un impulso del progreso tecnológico, así como del arte, la ciencia y la escritura, lo que condujo al inicio de la Civilización. Sin embargo, el crecimiento tecnológico no consiguió mejorar de forma significativa el nivel de vida de la población, puesto que se encontraban atrapados en un periodo de estancamiento, conocido como la trampa de la pobreza. Este concepto viene desarrollado en la teoría del economista Thomas Malthus y se refiere al invariable crecimiento económico causado por el reparto escaso de recursos entre un gran número de población.

 

A pesar de todo, el avance tecnológico siguió acelerándose hasta que llegó a su punto de inflexión con la aparición de la conocida Revolución Industrial, que supuso un antes y un después en el estilo de vida de la época. Además de un progreso mayor en la tecnología e innovaciones en las industrias, se invirtió en la crianza y educación de los hijos para mejorar la calidad del capital humano que se necesitaba, lo que trajo un descenso de las tasas de natalidad. Esto también se vio provocado por el aumento de la esperanza de vida y el descenso de la mortalidad infantil. Todas estas fuerzas hicieron romper la persistente asociación positiva entre el crecimiento económico y las tasas de natalidad, y, además, se desencadenó lo que conocemos como transición demográfica.

 

Este drástico descenso de la natalidad liberó al proceso de desarrollo humano de los efectos del crecimiento demográfico y permitió que las mejoras tecnológicas aumentaran la prosperidad de forma permanente, en lugar de a rachas. Gracias a una mano de obra de mejor calidad y a una mayor inversión en capital humano, el progreso tecnológico se aceleró aún más, lo cual mejoró las condiciones de vida y dio paso a un crecimiento sostenido de la renta per cápita. Este avance tecnológico afecta a las sociedades de la época positivamente, puesto que, llevan a un proceso de industrialización de las mismas. Se pasa de unas altas tasas de mortalidad y natalidad a unas tasas más bajas. Antes de este periodo de transición, existía una gran desigualdad de los salarios entre hombres y mujeres, pero, a medida que ha pasado el tiempo, esta brecha se ha ido reduciendo gracias a factores institucionales, económicos, culturales, legislativos y sociales, entre los cuales destacan el acceso generalizado a la educación, la importancia del trabajo intelectual y la no discriminación.

 

No obstante, lo más novedoso del libro se hace esperar hasta el final, cuando aborda las causas remotas de la desigualdad económica entre países. Se dice que son remotas, ya que el autor se remonta a 90000 años atrás, cuando se produce el éxodo desde África del Homo Sapiens. Según Galor, este hecho redujo la diversidad genética y cultural de los emigrantes, frente a los que se quedaron en África. Los emigrantes formaron una muestra aleatoria, pero no representativa, de la población original. Con cada nuevo impulso migratorio, se reducía una y otra vez la diversidad biológica y cultural. De este modo, la especie humana se volvió, biológica y culturalmente, más homogénea. Según Galor, la diversidad tiene un doble efecto sobre el crecimiento económico: por un lado, cuanto mayor es la diversidad, más complicada se vuelve la cohesión dentro de una sociedad, lo que repercute negativamente en la provisión de bienes públicos (sanidad y educación), mientras que, por otro lado, la diversidad aumenta la inteligencia colectiva de un grupo social, lo que incide positivamente en el desarrollo económico.

 

De este modo, el punto óptimo del impacto de la diversidad sobre el crecimiento económico se encontraría en un punto intermedio (tanto el exceso como el defecto de diversidad no es favorable). Una evidencia de esto es que los países africanos efectivamente son más pobres, ya que han heredado una diversidad mayor que los habitantes de cualquier otra parte del planeta. Además, Galor considera otros factores que influyen en la desigualdad entre países, como son las características geoclimáticas (clima y cercanía al río o al mar), que afectan a la adquisición de recursos naturales e incluso a la aparición de enfermedades, y las instituciones políticas, tanto las extractivas, que permiten a las élites monopolizar el poder y perpetúan la desigualdad, como las inclusivas, las cuales descentralizan el poder político y generan crecimiento económico.

 

En conclusión, “El Viaje de la Humanidad” nos ofrece un extraordinario recorrido que va desde el big bang de las civilizaciones, llegando al misterio del crecimiento y la desigualdad en el mundo. Este libro aporta reflexiones, que ayudan a comprender nuestra historia y a plantearse que la prosperidad de nuestra especie y la supervivencia deben pasar por la educación, la tolerancia y una mayor igualdad de género. Por último, la lectura de este libro puede hacer cambiar la vida del lector para mejor, puesto que, como plantea Galor, el conocimiento del pasado permite una mejor gestión y, por tanto, una mayor prosperidad en el futuro.

 

 Aquí os adjunto un vídeo en el que se os explicarán algunos aspectos con mayor profundidad y que pueden resultar muy interesantes.


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